Es un nuevo día en la Capital del Oeste. Son las doce de la mañana y la gente anda por las calles con sus compras en las manos o en sus puestos habituales de trabajo. En la Capsule Corp también están trabajando. Mientras que Bulma diseña un nuevo prototipo de robot minero, en la cámara de gravedad, Goten y Trunks entrenan sin descanso, mientras que fuera, en el enorme patio del gran edificio, Goku y Vegeta luchan en un cuerpo a cuerpo, en igualdad de condiciones. En el preciso momento en el que lanzaban sendos puñetazos, un extraño sonido acompañado de un intenso olor a pescado atrajo su atención, evitando así que llegaran a golpearse. Extrañados, se dieron la vuelta y encontraron detrás de ellos a una figura encapuchada y envuelta en unos ropajes negros. Su forma era totalmente inapreciable bajo su túnica, que le cubría casi hasta los trozos de tela que cubrían unos enormes pies. Sus manos estaban también ocultas bajo sus largas mangas color azabache y de su cara sumergida en las tinieblas sólo se adivinaban sus grandes ojos, traicionados por los destellos del sol.
"¿Quién demonios eres?" Preguntó Vegeta observándole de arriba abajo, intentando descubrir lo que se escondía bajo los ropajes.
El extraño ser contestó con una retahíla de sonidos guturales e inconexos, impronunciables para cualquier ser humano. Pareció sonreír bajo la capucha. Levantó los brazos, dejando ver sus "manos", más parecidas a unas garras que a una mano humana. Cuando alcanzó su capucha, la echó hacia atrás, dejando ver su rostro. Los dos Saiyajins retrocedieron ante la horrible visión que tenían ante ellos. El ser que tenían delante no era ni por asomo humano. Su rostro era azulado y recubierto de escamas coriáceas puntiagudas, con dos ojos oscuros y que nunca pestañeaban, una enorme boca repleta de afilados dientes y totalmente desprovisto de nariz. En la parte visible de su cuello, las agallas palpitaban en busca de aire. Los dos Saiyas, incapaces de reaccionar, seguían mirando absortos aquel ser monstruoso que había aparecido de algún lugar inimaginable. El monstruo sonrió, e hizo un gesto con la mano. En ese momento, dos seres más vestidos con una túnica como la del primero, aparecieron detrás de ellos, poniendo sus agudas zarpas en sus cuellos, colocando sus pulgares de manera que pudieran apretarles en la tráquea. Estuvieron así el tiempo necesario para dejarles inconscientes.
"Buf, por fin terminé..." Se dijo Bulma en ese mismo momento. Al mirar su reloj y comprobar la hora que era, decidió empezar a hacer la comida, pero antes le comentaría a Goku la posibilidad de que se quedaran a comer Goten y él. Salió fuera del edificio, y vio cómo dos seres se llevaban a rastras a su marido y a Goku, mientras un tercero se colocaba la capucha en su sitio. Ella corrió hacia el lugar donde se encontraban, deseando saber qué era lo que intentaban hacer los tres encapuchados con ellos dos.
"Eh!! ¿Qué creéis que estáis haciendo?" Les dijo a los tres cuando llegó a su lado. Los tres se pararon, y el que había dado su cara a conocer a los dos Saiyas se volvió hacia Bulma, mientras que los otros dos se quedaron parados. Bulma dio un paso atrás cuando vio los ojos fijos del encapuchado. Ella sentía algo extraño en ese desconocido que olía a sal y a pescado. Se fijó en que su forma era un tanto anormal y desproporcionada para un ser humano. "¿Qué... qué demonios eres?" Le preguntó, cási temiéndose la respuesta. El terrible ser comenzó a proferir sonidos incompresibles de nuevo y bajó su capucha, dejando ver su horrible rostro a Bulma, quien dio un grito de terror mientras caía al suelo, totalmente aterrorizada. Al levantar la vista del suelo y ponerla en sus zarpas, comenzó a arrastrarse hacia atrás en un intento de alejarse del monstruoso ser. El terrible ser se agachó hacia ella y la tocó en la cara. Su tacto era frío y viscoso. Bulma volvió a gritar y se desvaneció. No sintió nada durante un rato, hasta que oyó una voz familiar.
"¡Mamá! ¡Mamá!" La llamaba Trunks, quien no dejaba de zarandearla suavemente mientras que Goten traía una manta y un poco de té de la cocina. Ella, que aún estaba en shock se agitaba sollozando y golpeando a Trunks como si él fuera el culpable de sus males
"Mamá, soy yo, Trunks, vamos tranquilízate..." La pidió, sujetándole los brazos para intentar pararla en sus continuos movimientos. Cuando la mujer reconoció la voz que la llamaba, al instante dejó de agitarse "Trunks..." Le llamó muy bajo. Él la soltó e inmediatamente ella se abrazó a él, llorando. Goten la colocó la manta sobre los hombros, y se quedó cerca de los dos, esperando a que la mujer consiguiera calmarse. Cuando lo consiguió, se separó de su hijo y cogió el té de encima de la mesa "Bulma-San, ¿Qué te ocurrió? Te encontramos en el suelo inconsciente y no hay ni rastro de Papá ni de Vegeta" Preguntó Goten
"Ellos... ellos se los llevaron..." Contestó Bulma dejando el té sobrante en la mesa
"¿Ellos? ¿Quiénes?"
"Eran tres seres... no eran humanos. Cuando yo los vi, se los llevaban a rastras. Yo intenté impedirlo y ellos se pararon. Luego, uno de ellos se volvió hacia mí y.... Oh Dios, era horrible!!" Dijo la mujer enterrando la cara entre sus manos y sollozando
"No nos lo describas, mamá, será lo mejor... ¿No sabes quiénes podrían ser? ¿No te dijo nada?"
La mujer asintió, levantando la cabeza de sus manos "Sí...dijo algo, pero en un lenguaje desconocido, con sonidos que ningún humano puede articular. Aun así, hubo dos palabras que sí entendí, quizás las únicas que pudiéramos emitir nosotros, "Cthulhu" y "R´lyeh""
"Vaya nombres más raros..."Comentó Goten asombrado
"Espera! Creo que yo leí algo sobre eso... Esperadme aquí, ahora vengo" Dijo Trunks mientras salía corriendo hacia su habitación. Unos minutos más tarde, volvió junto a ellos con una revista en las manos. Se acercó a ellos y la abrió por una página que tenía señalada. En el título del reportaje se leía "Encontrada una ciudad submarina en el océano Pacífico. Los investigadores afirman que su nombre es R´lyeh" Más abajo, Trunks señaló con el dedo un párrafo del reportaje, casi al final de la hoja "...los especialistas también han logrado descifrar otra palabra de una de las descripciones halladas encima de una gran roca adornada con un gran sello "Cthulhu", y creen que puede tratarse del nombre de alguna divinidad de los antiguos habitantes de esa ciudad. En el único lugar donde se han encontrado referencias a "R´lyeh" y a "Cthulhu" ha sido en una ciudad costera llamada Innsmouth..."
"Es el nombre de una ciudad sumergida!!" Exclamaron Bulma y Goten a un tiempo
"Quizás esos seres fueran moradores de R´lyeh..." Comentó Bulma
"Sí, pero...¿Qué querrán de nuestros padres?" Preguntó Goten preocupado por ellos dos
"No lo sé, pero para averiguarlo, sugiero que vayamos a esa ciudad...Innsmouth a averiguar lo que podamos sobre la ciudad sumergida y el otro nombre que parece ser que puede ser una divinidad" Propuso Trunks
"¡De eso nada! No permitiré que vayáis a encontraros con semejantes seres. Son peligrosos!"
"Mamá! Ya somos mayores, tenemos dieciséis y diecisiete años, sabemos cuidar de nosotros mismos!! Ya no somos ningunos críos! Además, tenemos que ir a rescatar a nuestros padres!" Recordó Trunks a su madre. Al ver la cara que ella ponía terminó "De todas formas, vamos a ir con a sin tu consentimiento" Bulma, al ver que su hijo tenía razón, asintió "Está bien, os dejaré marchar, pero antes haré algo que os servirá de ayuda..."
Mientras tanto, a muchos kilómetros de allí, en la ciudad de Innsmouth, los dos Saiyas se despertaron. Estaban en una casa medio derruida, llena de polvo, tablones y papeles de periódico. Lo que más les llamó la atención fue el intenso olor a pescado que había allí y que provenía de fuera de la casa. Salieron de allí, aún sin saber dónde estaban y comenzaron a andar por la empedrada calle, sin ver a ningún habitante que les pudiera indicar dónde se encontraban. Todas las casas a su alrededor estaban derruidas en su mayor parte, las que estaban en mejor estado, como en la que habían estado ellos, tenían las ventanas tapadas con tablas y cartones. Cuando llegaron al final de la calle, en la casa que hacía esquina, leyeron en un rayado y desgastado letrero que estaban en Martin Street y que iban a salir a la plaza de Federal Street, la calle principal de la ciudad. Alrededor de dicha plaza había dos iglesias y un local que tenía una placa en la que se leía "Orden de Dagon", que al parecer era el sitio de reunión de alguna secta. Allí, en la plaza, por fin encontraron a algún habitante del pueblo, pero estos les miraban con cara de desconfianza, murmurando y cuchicheando acerca de ellos. Al ver que la gente no quería hablar con ellos, se acercaron a una de las personas, más concretamente a un hombre vestido con una extraña túnica y que portaba en su cabeza cási calva una tiara de un extraño metal
"Oiga, ¿puede decirnos dónde estamos?" Le preguntó Goku al extraño personaje, que tenía unos extraños rasgos. Su piel era como azulada, sus ojos saltones y nunca pestañeaban, estaba cási calvo y tenía las manos desproporcionalmente grandes en comparación con el resto del cuerpo. Llevaba el cuello tapado con la túnica, como si quisiera ocultar algo. El hombre sonrió y tras decirles un escueto "síganme" entró en el edificio de la orden de Dagon. Goku miró a Vegeta encogiéndose de hombros y los dos entraron detrás de él. El local estaba repleto de velas encendidas a medio consumir, que iluminaban la sala con su tenue luz amarillenta. Al fondo de la sala, un altar con evidentes restos de un sacrificio realizado no hace mucho, y en un atril al lado del altar un libro encuadernado en negro y en cuya portada, estaba impreso en color plateado el nombre del libro "Necronomicón". Al leer el nombre del libro, los dos sintieron cómo se les erizaba el pelo de los brazos. Ese libro desprendía energía, una energía tremendamente malvada y mágica. Mientras observaban el altar e intentaban imaginarse la clase de culto que se realizaba en ese lugar, aquél hombre extraño que resultaba ser el sacerdote de dicha secta, pulsó un botón escondido en una pared, dejando al descubierto un oscuro pasadizo del que salieron dos figuras que se acercaron a los dos por detrás. Les agarraron por el cuello tal y como hicieron la primera vez, pero ahora sólo lo hicieron para sujetarlos el tiempo necesario para que el sacerdote se acercara al atril donde se encontraba el Necronomicón y lanzara un hechizo contra ellos dos. Las manos del sacerdote comenzaron a brillar mientras conjuraba en una extraña lengua. De sus manos brotaron dos rayos de energía verdes que acertaron en sus cuerpos. Cuando el hechizo terminó, los seres se apresuraron a meterles en la sala que había tras el pasadizo secreto. Ellos dos se quedaron allí, mientras que el sacerdote cerró el pasadizo desde fuera.
Mientras esto ocurría, Bulma acababa de terminar su último invento. Unas pequeñas pulseras que servirían para que Goten y Trunks pudieran respirar bajo el agua sin problemas. En el tiempo que Bulma había estado inventando, Goten y Trunks habían ido a la biblioteca a buscar información sobre la ciudad de Innsmouth. Descubrieron que era una pequeña ciudad costera, que basaba su economía cási únicamente en la pesca, ya que la única industria existente en la ciudad era la refinería de los Marsh. También descubrieron que la ciudad estaba casi desapareciendo, ya que después de la guerra civil, hay registrado que hubo una plaga que diezmó la población. Averiguaron también varias leyendas que se cuentan sobre un arrecife que hay cerca de la ciudad, llamado el Arrecife del Diablo. Parece ser que es un lugar maldito y por eso los barcos evitan el pasar cerca de él. También cuentan que allí hay un tesoro pirata escondido, pero nadie se ha atrevido a comprobarlo por miedo a los espíritus y criaturas que se ven allí por las noches.
Así informados, volvieron a la Capsule Corp donde Bulma les explicó el funcionamiento de las pulseras que había inventado para ellos. Los dos se despidieron y salieron volando en dirección a Innsmouth. Aun volando deprisa, tardarían casi dos horas en llegar.
En Innsmouth, el conjuro que el sacerdote había lanzado con ayuda del oscuro libro, debía de transformar a quien lo recibiera en un híbrido entre humano y las criaturas llamadas Profundos. En unos momentos comenzó la transformación. Sus cuellos comenzaron a sangrar, a pesar de no haber sido heridos en ellos. En los lugares donde sangraban, se abrió la carne y tras una transformación interna, los cortes se convirtieron en agallas. Su piel comenzó a volverse azulada y escamosa, y los ojos se oscurecieron sin volver a pestañear jamas. Ante la sorpresa de los dos, cuando en mitad de la transformación se miraron las manos, vieron como éstas se transformaban en garras y aparecían membranas entre sus dedos. Lo mismo pasó en sus pies, rompiendo las botas con sus afiladas garras, quedando así descalzos. Mientras la transformación se producía, los dos Profundos contemplaban divertidos cómo se iban pareciendo cada vez más a ellos. La transformación terminó, dejándoles convertidos en híbridos entre las dos especies, Humana y Profunda. El hechizo formulado tenía también la propiedad de tener bajo control a los seres hechizados, de manera que les obedecieran en todo. Pero esto sólo era fiable al cien por cien en humanos, al ser los dos de otra raza, no era seguro que no conservaran algo de sus conciencias. Los dos seres, al ver que la transformación había acabado, se acercaron a sus dos nuevos congéneres y les hablaron en su lengua "Ahora sois Profundos, y debéis obedecer las órdenes de vuestros superiores, que somos nosotros. Os reclutamos porque necesitamos vuestra fuerza sobrehumana para levantar el Sello que mantiene encerrado al gran Cthulhu en la ciudad submarina de R´lyeh. Dentro de varias horas, cuando todo esté preparado, partiréis hacia allí para cumplir con vuestra misión. Los símbolos grabados en la piedra os orientarán en vuestro camino" Terminó de decir con su acento gutural y sus extraños gorgoteos inteligibles para cualquiera que no conociera la Lengua y que fuera completamente humano.
Pasó el tiempo y Goten y Trunks llegaron a Innsmouth. En la biblioteca se habían hecho con un plano de la ciudad, por lo que no se perderían. Aterrizaron en Federal Street y desde allí bajaron la calle hasta llegar la plaza principal de la ciudad, donde se encontraban los pocos comercios allí establecidos. Entraron en el restaurante, ya que de tanto volar les había entrado hambre. Allí, el muchacho que les atendió debía ser la única persona normal en el pueblo. Les sirvió la comida y empezó ha hablar con los muchachos, ya que aprovechaba cualquier oportunidad de hablar con las personas que venían desde otros pueblos. Como él había podido comprobar, los habitantes de Innsmouth no eran muy conversadores.
El muchacho les contó que allí a veces pasaban cosas muy extrañas por las noches y todo lo que sabía sobre los diferentes cultos que se daban en la ciudad. Ellos le preguntaron sobre R´lyeh y Cthulhu y el muchacho les contestó que deberían ir a hablar con los Marsh o con los Phillips, porque probablemente ellos supieran algo sobre esos dos nombres. De todas formas, les advirtió que se anduvieran con ojo, ya que aquí los extranjeros están mal vistos entre los habitantes de la ciudad, sobre todo para los más antiguos, como las personas de las dos familias antes nombradas. El muchacho les indicó el camino hacia las casas de las dos familias en el plano de la ciudad que llevaban antes de salir del restaurante.
Los dos jóvenes callejearon por la ciudad hasta encontrar la casa donde supuestamente vivían los Marsh. Cuando llegaron allí, la vieron casi en ruinas, con las ventanas tapadas con tablones y cartones, la puerta cerrada con cerrojo y todo lo que había sido un enorme y bello jardín convertido en rastrojos, matas y pequeñas florecillas silvestres de muchos colores.
Se acercaron a la puerta y llamaron con los nudillos, esperando que alguien abriera. En vez de abrirles, una extraña voz ronca salió de dentro de la casa, diciéndoles escuetamente "Marchaos". Goten y Trunks insistieron en sus llamadas, esperando que el morador de la casa, cansado de oírles llamar, se decidiera a abrirles la puerta, pero no fue así, nadie abrió y ni siquiera la extraña voz volvió a sonar. Los muchachos, al comprender que no querían nada con ellos, se marcharon hacia la casa de los Phillips, esperando tener más suerte allí. Al llegar, se encontraron con una mujer joven que iba a entrar en la casa. Parecía nueva allí, pues no sabía muy bien cual de todas las llaves del enorme caserón era la que servía para abrir la puerta.
"Oiga, por favor, ¿podríamos hablar con usted?" Preguntó Trunks cortésmente mientras se acercaba a la mujer
"Sí, claro ¿Qué desean?" Le contestó la joven encantado de poder hablar con alguien que no fuera la gente normal de la ciudad.
"Nosotros...eh, queríamos saber algo sobre una ciudad en el pacífico, llamada R´lyeh, y el chico del restaurante nos dijo que quizás usted nos pudiera ayudar"
"Bien, por fin la encontré..." Dijo consiguiendo por fin abrir la puerta de la gran casa "¿Cómo has dicho? Ese nombre no me dice nada en especial... Claro! El chico del restaurante seguramente se refería a mi tío cuando dijo que aquí os podrían ayudar. La verdad es que yo acabo de llegar aquí y no sé mucho sobre ese asunto...todavía. Espero encontrar ciertos manuscritos que me dejó mi tío antes de morir. En ellos, mi tío decía que había recogido todo lo que él sabía para que, cuando él muriera yo pudiera continuar con sus investigaciones" La mujer se dio la vuelta y se les quedó mirando (especialmente a Trunks) desde el rellano de la puerta "Venga, vamos, pasad, quizás lo que mi tío me legó os sirva de alguna utilidad"
Goten y Trunks se miraron el uno al otro muy contentos. No esperaban a alguien tan amable por aquí después de las advertencias del chico del restaurante. Le dieron las gracias a la mujer y entraron en la casa.
La casa, que llevaba casi tres meses sin habitar, estaba realmente sucia y llena de polvo por todas partes. Había viejos periódicos tirados en el suelo, algunos realmente antiguos y polvorientos, datados de hacía 10 años por lo menos, y con muchos recortes en sus páginas. Por lo demás, la casa era perfectamente habitable. La mujer les dejó en un saloncito lleno de figuras, inscripciones y libros de extraños títulos colocados en grandes estanterías que cubrían todas las paredes. La mujer, cuando llegó a su cuarto, empezó a rebuscar en las estanterías, buscando aquello que su tío tan celosamente había guardado para ella. Cuando por fin lo encontró, escondido en la librería tras unos ejemplares de un tal H.P Lovecraft, invitó a los chicos a pasar dentro del cuarto "Oigan, pasen dentro del cuarto, creo que ya lo he encontrado" Los chicos no la escucharon, estaban absortos mirando una inscripción que había en la gran mayoría de los objetos que decoraban el saloncito "Ph´nglui mglw´nafh Cthulh R´lyeh wgah´nagl fhtagn"
La mujer, al ver que no entraban en la habitación, salió al saloncito "¿Qué es lo que estáis mirando que es tan interesante?"
Al momento los chicos dieron un paso atrás, la mujer los había asustado "L-lo sentimos... estábamos mirando una inscripción en ese jarrón..."
"¿Sí?" La mujer se acercó con curiosidad, ya que no sabía a qué inscripción se refería Trunks "Ah... yo tampoco la había visto... ¿Qué querrá decir?"
"Por eso estabamos tan intrigados mirándola, señorita, además ahí figuran las dos palabras sobre las que le queríamos preguntar"
"Oh, por favor, no me llamen señorita, mi nombre es Heather" Se presentó la mujer
"Yo me llamo Trunks, y mi amigo y compañero de aventuras aquí presente es Goten"
"Bien, ahora que nos hemos presentado, entremos en el cuarto a ver esas cosas que me dejó mi tío. Quizás nos explique la inscripción"
Los tres entraron en la habitación contigua al saloncito, y allí, después de quitarle el polvo de encima a los sillones, los tres se sentaron y se dispusieron a ver los intrigantes documentos. Estos estaban compuestos por una serie de notas manuscritas por él, casi a modo de diario, escritas de manera que él pudiera entender lo que había escrito, pero nadie más. Hablaba de muchas cosas, sobre todo de una búsqueda que él había estado realizando, y sobre muchos nombres extraños que ninguno de los tres podían identificar. También había un mapa antiquísimo, que señalaba muchos lugares, entre ellos, el Arrecife del Diablo, situado en la misma Innsmouth. De entre sus notas, apenas sacaron información, pero la que encontraron en los libros que había en las estanterías les fue mucho más útil. Descubrieron que Cthulhu era uno de los dioses Primigenios, más exactamente el dios de las aguas y que se hallaba enterrado, quizás bajo una piedra o algo así en la ciudad de R´lyeh. La mujer no sabía por qué, pero a parte de sentir el natural terror que sentían los tres al leer las tremendas revelaciones sobre los dioses Primigenios, tales con Cthulhu y Yog-Sothoth, sentía también exaltación. Quería conocer más, saber por qué su tío buscaba R´lyeh y a Cthulhu.
"Bien, ahora que sabemos más sobre esa ciudad sumergida, lo mejor sería ir a buscarla, ¿no crees, Trunks?"
En ese mismo momento, los dos nuevos Profundos fueron conducidos al agua, bajo la cual desaparecieron. Iban en busca de R´lyeh.
"¡Por favor, chicos, dejadme ir con vosotros!"
"Pero Heather, nosotros podemos nadar bajo el agua todo el tiempo que queramos gracias al invento de mi madre, mientras que tú no"
"Yo puedo nadar muy bien, lo descubrí hace poco, la primera vez que fui al mar, hará cuatro horas aproximadamente. Además, gracias a mí sabéis todo esto, vamos, llevadme con vosotros. Quiero saber por qué mi tío buscaba a Cthulhu!"
"Lo siento, Heather, pero puede ser muy peligroso. No puedes venir. Te prometo que cuando vengamos te contaremos todo lo que hayamos visto"
"Está bien, pero no se os olvide la promesa" Dijo con una sonrisa, cási como si estuviera tramando algo.
Los tres se levantaron y Heather les acompañó a la puerta, quedándose realmente asombrada cuando les vio salir volando. Tras asegurarse que no estaban en los alrededores, ella bajó a la playa por un camino cercano a su casa. Ella sabía que la ciudad estaba en el Pacífico, pero nada más, así que no tendría muchos problemas para seguirles bajo el agua si se sumergía ahora mismo. Se quitó la ropa en la playa, quedándose solo con el bikini que llevaba puesto desde la mañana y se zambulló en el mar, un poco alejada de donde ellos se habían sumergido. Realmente, ella no sabía cómo podía estar tanto tiempo bajo el agua, ni dónde había aprendido a nadar de esa manera; cási parecía fluir por el líquido. Además veía increíblemente bien bajo el agua, cási tan bien como en la superficie. A unos metros de distancia vio a los dos muchachos y se decidió a alcanzarlos. En menos de un minuto estuvo con ellos. Los dos muchachos dejaron de nadar, sorprendidos. ¿Cómo había podido ella llegar hasta allí buceando? Eso era completamente imposible! Los chicos estaban parados, mirándola completamente alucinados, y ya no sólo por su proeza de estar bajo el agua sin problemas, sino también por su esbelta figura. La mujer, dándose cuenta que la estaban mirando, se ruborizó y los instó a seguir nadando.
Mientras esto sucedía, los dos Saiyas medio Profundos nadaban a una velocidad asombrosa por el agua. Iban realmente deprisa cuando se pararon en seco, advirtiendo dos presencias a un kilómetro de donde estaban ellos. Sus dos superiores les habían dado instrucciones precisas sobre lo que tenían que hacer si se encontraban a algún ser humano bajo el agua. Mediante sonidos y gestos, los dos se pusieron de acuerdo sobre lo que debían de hacer. Primero, realizarían su misión principal, encontrar R´lyeh y dejar en libertad al todopoderoso Cthulhu, después ya se encargarían de esas dos presencias que les resultaban vagamente familiares. Además, según las inscripciones en las rocas, ya les debía faltar poco para llegar a la ciudad sumergida, donde, además de encontrar el Sello, encontrarán también a sus congéneres.
Heather les llevaba la delantera a Goten y a Trunks, quienes, aunque también nadaban deprisa, no conseguían alcanzar a la mujer, que parecía haber sido concebida para nadar. No se podían explicar cómo la mujer podía estar bajo el agua sin ningún tipo de escafandra ni oxígeno sin ahogarse. Un rato después, Heather se paró cerca de una roca. Parecía haber visto algo. Sí! Era la misma inscripción que vieran en el jarrón de su casa ¿Por qué estaba también aquí? ¿Qué significaba? También había una flecha que les indicaba el norte y una inscripción sobre la misma que quizás les indicara cuánto les faltaba para llegar a R´lyeh.
A los diez minutos, los dos Saiyajins llegaron a la ciudad de R´lyeh. Ésta se encontraba en ruinas en la periferia de la ciudad. Por allí sus congéneres los Profundos nadaban en grupo por la antigua ciudad o estaban parados ante el gran Sello. Ellos dos se acercaron hasta allí y pudieron observar que era tremendamente enorme y de piedra, con lo que necesitarían de toda su fuerza para poder alzarlo. Una vista más detallada del Sello dejaría entrever que tenía un motivo singular: en el centro del disco había una representación rudimentaria del símbolo de Acuario, el portador de agua, coronando los restos de una ciudad enterrada en cuyo exacto centro se encontraba, aunque representado en miniatura, una figura reptil y a la vez pez, octópoda y semi-humana. También había una inscripción, la misma que habían leído en el camino mientras buscaban la ciudad "Ph´nglui mglw´nafh Cthulh R´lyeh wgah´nalg fhtang" y la misma que los chicos habían encontrado en casa de Heather: "En su morada de R´lyeh, Cthulhu muerto, sueña" Después de observarlo unos momentos, les dijeron a sus congéneres que se apartaran de allí, ya que iban a necesitar espacio para poder levantar el pesado Sello. Todos los Profundos allí congregados se apartaron y ellos dos encendieron sus Kies.
Al momento, Goten y Trunks los reconocieron y se instaron para llegar al lugar donde estaban sus padres en el menor tiempo posible. Ahora, gracias a sus Kies sabían perfectamente dónde se encontraban ellos dos. Empezaron a nadar lo más rápidamente que podían y en poco tiempo Heather les señaló las ruinas de la ciudad, ya visibles desde esa distancia.
En tres minutos escasos estaban en el borde de la ciudad. Desde allí se podía ver el tremendo resplandor dorado que surgía del centro de la ciudad. Allí, sus padres, convertidos en SSJ, cada uno en su respectivo nivel de fuerza, agarraban el Sello y se disponían a levantarlo mientras una multitud de Profundos se agolpaban a su alrededor, deseando que sus dos nuevos congéneres consiguieran levantar el pesado Sello que mantenía encerrado al todopoderoso Cthulhu.
Goten, Trunks y Heather se acercaron al centro de la ciudad, deseosos de ver lo que sucedía. Los habitantes de la ciudad estaban todos en torno al Sello, con lo que ninguno se dio cuenta de los tres humanos. Como desde su posición no podían ver nada, los tres decidieron colocarse un poco más arriba, a una altura prudente para no llamar demasiado la atención. Por fin pudieron colocarse en un buen ángulo, lo que les permitió observar lo que ocurría en el centro. Allí, los dos SSJS comenzaron lentamente a levantar la pesada roca que impedía la salida del Dios. Cuando la levantaron quince centímetros del suelo, de debajo del Sello comenzó a surgir una luz brillante, cegadora. Nadie podía ver nada. De repente, las aguas comenzaron a burbujear y a agitarse. Todos los Profundos se echaron varios pasos hacia atrás, asustados, mientras que los dos SSJS seguían sosteniendo aún la losa. No necesitaron seguir sosteniéndola por más tiempo, ya que un potente chorro de agua lo empujó hacia arriba, levantándolo varios metros, luego lo dejó caer a un lado de la abertura que llevaba tantos miles de siglos taponada. Los dos Saiyas, al sentir que algo iba a salir de ese profundo agujero, se apartaron hacia los lados. En efecto, dos gigantescas garras surgieron de la abertura, aplastando a cuantos seres estuvieran en ese mismo lugar. Luego, algo comenzó a surgir envuelto en un resplandor cegador. Desde dentro, la criatura lanzó una especie de rugido que se dejó oír por todos los océanos. Cthulhu, el gran dios de las aguas, había vuelto. El resplandor empezó a aumentar de tamaño, ya mediría casi un kilómetro cuando todos los Profundos al unísono comenzaron a proclamar a su Dios. Goten y Trunks estaban doblemente sorprendidos, por una parte, ¿por qué sus padres habían liberado a semejante energía maligna?. Por la otra parte ¿qué hacía Heather proclamando al Dios de los Profundos? ¿Acaso sería ella uno de ellos? Entonces... ¿por qué les había llevado hasta la ciudad de R´lyeh?
La verdad es que no era ninguna casualidad que Heather pudiera nadar bajo el agua sin ahogarse y que ahora proclamara el nombre de Cthulhu. Durante generaciones, su familia había estado cruzada con los Profundos. Por eso ella sentía ese irresistible impulso de ir hacia el mar, por eso nadaba tan bien y también por eso ahora proclamaba a su Dios. "Es uno de ellos!!" Pensaron Trunks y Goten al mismo tiempo.
Cuando el resplandor se disipó, una enorme figura de casi un Km de alto agitaba sus zarpas y sus tentáculos sobre los cadáveres de un gran número de Profundos. Era una visión completamente horrorosa. Como en el dibujo del Sello, Cthulhu era un híbrido entre pez y reptil, con cabeza de octópodo, la piel escamosa y de un color entre verde y azul, los ojos fijos y amarillentos. Carecía de boca como tal, justamente desde debajo de los ojos nacían una gran cantidad de tentáculos, completamente móviles Su cuerpo era cási una parodia del cuerpo humano, desproporcionado y con unas gigantescas garras. Todos los Profundos seguían invocando su nombre, menos Heather, que se había callado. Si ese era su Dios, ¿por qué había matado a tantos de sus seguidores? ¿Es que no le importan para nada sus vidas? Ella no podía seguir a un Dios al que no le importara la vida de sus criaturas. De pronto, el Dios giró su tentacular cabeza hacia donde estaban ellos tres. Emitió un grito y varios de sus tentáculos fueron hacia ellos. Los chicos estaban demasiado asustados como para hacer algo y fue Heather, quien cogiéndoles a cada uno de un brazo, les apartó de su trayectoria y se comenzó a nadar en dirección contraria de donde procedían los tentáculos. Los dos Saiyas, tras recibir una orden de su divinidad, fueron tras ellos. Goten, Trunks y Heather nadaban a toda velocidad para alejarse del terrible ser que había surgido del oscuro pozo, pero al momento tuvieron que parar al encontrarse de frente con los dos SSJS. Goten y Trunks no podían creer lo que veían "¿Qué...qué os han hecho...?" Consiguió articular Goten con esfuerzo. Por suerte, Bulma había instalado en su invento un pequeño auricular que permitía a los dos jóvenes poder comunicarse entre ellos. Los dos SSJS ahora tenían una gran cantidad de rasgos idénticos a los de los seres que adoraban a Cthulhu. Heather, viendo los asombrados rostros de sus amigos, se imaginó que les debían conocer, pero que algo los había cambiado. Los dos chicos, que no les quitaban el ojo de encima, hicieron varios gestos intentando comunicar que salieran a la superficie. Sus padres, no sabían por qué les resultaban tan familiares los dos muchachos. Era como si les conocieran de algo pero no sabían de qué. Intercambiaron algunas impresiones mediante gestos y sonidos y se pusieron en posición de combate. Al ver esto, Goten y Trunks gesticularon una vez más para decirles que no querían luchar, pero al ver los signos de hostilidad que los dos tenían contra ellos, no tuvieron más remedio que transformarse en SSJ y disponerse para la lucha. Heather, comprendió que iban a luchar, y sin salir de su asombro de ver a los cuatro con el pelo amarillento y despidiendo destellos del mismo color, se apartó de ellos, quedando resguardada tras unas rocas.
La lucha comenzó, atacando en primer lugar los dos padres. Los chicos, aparte de esquivar patadas y puñetazos tenían que evitar también sus garras, que estaban lo suficientemente afiladas cono para cortar una roca. Ellos dos no les atacaban, se limitaban exclusivamente a esquivar y bloquear sus ataques, porque sabían que sus padres nunca les atacarían por su propia voluntad.
"Trunks, estoy seguro que alguien les está controlando!" Le dijo Goten a su amigo mientras esquivaba un zarpazo de su padre
"Sí, Goten, estoy de acuerdo, pero ¿quién?" Le contestó Trunks bloqueando un puñetazo
"No lo sé, pero quizás sería mejor que atacáramos nosotros también, quizás si les conseguimos dejar inconscientes y les subimos a la superficie logremos hacer que vuelvan a ser como antes"
" Es una buena idea, Goten, pero nada fácil de realizar. Ellos son mucho más fuertes que nosotros y además parece que se les da muy bien luchar bajo el agua, cosa que a nosotros no"
"Eso ya lo sé, pero debemos inten..." Goten no pudo continuar debido a la tremenda patada de su padre que recibió en el estómago, lanzándole hacia atrás. Trunks giró la cabeza preocupado por su amigo, dejándose a sí mismo a la merced de su enemigo, que no tuvo ningún reparo en golpearle fuertemente en la cara. Los dos padres sonrieron con sarcasmo mientras que los dos chicos se recuperaban de los golpes recibidos. Se miraron unos momentos y salieron al ataque. Esta vez fueron ellos quienes pillaron por sorpresa a sus enemigos, dándoles unos fuertes golpes que los dejaron aturdidos por unos instantes.
El gran Cthulhu, viendo que la batalla podía inclinarse a favor de los Humanos, mandó a un gran número de sus seguidores contra ellos. En unos pocos minutos, una veintena de Profundos estaban en el campo de batalla.
Ahora, los dos jóvenes SSJS tenían a diez enemigos a quien batir, más sus respectivos padres.
"Son demasiados, Trunks, no podremos con ellos!!"
"Es verdad! Además, no tenemos tiempo suficiente para hacer la Fusión!" En unos momentos, diez pares de garras se abalanzaron contra ellos. Diez Profundos eran demasiados para ellos.
Heather, que había estado contemplándolo todo desde detrás de la piedra, no pudo resistir más tiempo inactiva. Iba a ir a ayudarles cuando vio a los otros dos SSJS parados, mirando la batalla. Sentían un tremendo impulso de entrar en la lucha, pero había algo que no les encajaba ¿A quién debían ayudar? Ellos sentían cómo los dos humanos les pedían ayuda mentalmente, mientras que los Profundos les animaban a luchar a su lado.
Ella se acercó a los dos y sin darse cuenta les dijo en la Lengua "¡No os quedéis ahí parados! ¡Son vuestros amigos, ¿no?!" Los dos giraron sus cabezas a la mujer, que estaba realmente sorprendida por haber hablado en una lengua que nunca la habían enseñado, y luego se miraron entre ellos antes de entrar en la lucha. Encontraron a Trunks y a Goten casi inconscientes, con bastantes heridas. Se colocaron a su lado y comenzaron a luchar contra los diez atacantes al mismo tiempo. Los veinte Profundos, al ver que estaban siendo atacados por dos individuos de su propia especie, se lanzaron sobre los dos traidores al gran Cthulhu.
Después de una tremenda batalla en la que los Profundos salieron malparados, los dos vencedores pusieron a los dos chicos a sus espaldas y se dirigieron a la mujer en la Lengua "¿A dónde podemos ir? Ellos volverán, y esta vez vendrán todos" La mujer lo entendió "Seguidme, os guiaré a la superficie, podremos estar en mi casa" Comenzó a nadar en dirección opuesta a R´lyeh y los dos Saiyas, ahora sin estar convertidos en SSJ y un poco confundidos todavía, las siguieron. Tras media hora nadando sin descanso, la playa comenzó a surgir bajo ellos y en unos minutos ya estaban subiendo el camino por el que ella había bajado hasta el mar. Entraron en la casa por la puerta trasera y les indicó que les dejaran en las camas que había en una de las habitaciones de invitados. Heather fue al cuarto donde tenía todas sus pertenencias y revolvió en unas maletas hasta encontrar lo que ella buscaba: un estuche con funda de plástico donde guardaba vendas y demás cosas que servirían para curar a los dos muchachos. Cuando volvió al cuarto, los encontró a los dos mirándose las "manos" "¿Qué nos han hecho...?" Susurró uno de los dos
La mujer se sentó al lado de Goten y comenzó a curarle mientras que les preguntó "¿Quiénes sois? ¿De qué les conocéis?" "Yo...yo me llamo Goku y él es Vegeta. Somos sus padres...o eso creo..." "Unos seres nos trajeron hasta aquí, secuestrados. Luego, entramos en un local, no-se-qué de Dagon, y...ya no recuerdo más"
Heather terminó con Goten y comenzó con Trunks "Así que sois sus padres... Vosotros no sois Profundos ¿verdad?, pero tampoco sois humanos....nunca he visto a nadie hacer lo que vosotros o esos chicos hicisteis... De todas formas, no importa, yo tampoco estoy segura de ser humana... ¿Dagon dijiste? Por lo que averiguamos los chicos y yo, es una secta que da culto al dios Dagon, también llamado El Gran Profundo. Es uno de los acompañantes de Cthulhu, aquel a quien habéis liberado."
"¿Liberado? ¿Cthulhu? ¿De qué estas hablando?"
"¿No recordáis nada? Liberasteis al Gran Cthulhu, el dios de las aguas. Ahora comenzará su reinado. Liberará a los otros dioses Primigenios y la Tierra se hundirá en las tinieblas... para siempre"
"Tenemos que vencerle. Todo esto ha sido por nuestra culpa"
"Es imposible, Goku, es un Dios, no puede morir!" Le recordó Heather a Goku al terminar de curar a Trunks. Rebuscó en el estuche de plástico y sacó una jeringuilla, que al instante llenó con un líquido azulado que les haría curarse más pronto, y se la inyectó a Trunks. Repitió la misma operación con Goten. Luego se giró hacia ellos y se les quedó mirando unos instantes. Entonces vio la sangre que salía de sus heridas. Aunque ellos vencieron, los Profundos eran mucho más numerosos y a causa de esto consiguieron herirles con sus zarpas. "Venga, acercaos aquí los dos, que voy a curatos"
Ellos obedecieron y se sentaron al lado de la mujer, que pensaba si al cabo del tiempo acabaría teniendo el mismo aspecto que los dos Saiyas.
"Entonces, si es un Dios y no puede morir, ¿cómo demonios vamos a vencerle?" Preguntó Vegeta mientras cruzaba los brazos
"Hmmm.... quizás en los libros de mi tío encontremos algo..."
Mientras Heather curaba a Goku, Vegeta se acercó a la estantería y comenzó a mirar los nombres de los libros. Después de echarles un vistazo por encima, cogió los que le parecieron más acorde con lo que buscaban.
Le entregó a Goku los "Manuscritos Pnakóticos" y el "Libro de Eibon", mientras que él se quedó con los "Fragmentos de Sussex" y los "Unaunssprechlichen Kulten" Después de ojear un rato sus antiguas páginas y observar sus oscuros dibujos, consiguieron algo de información de los libros que estaban en su lengua, dejando apartado el que estaba en alemán por desconocer totalmente la lengua.
"A ver, aquí dice que a Cthulhu no se puede matar, pero que se le puede encerrar. El problema es que aquí no dice nada de cómo hacerlo" Informó Goku cambiándose de sitio al terminar Heather con él.
"En éste libro pone que sólo dos personas unidas pueden encerrar a Cthulhu de nuevo, pero no pone qué características son las necesarias. También cita el Necronomicón" Al leer ese nombre, Vegeta sintió un escalofrío recorriendo su espalda al recordar dónde y en qué circunstancias habían visto ese oscuro libro mágico.
Heather sintió como se agitó con el escalofrío al leer el nombre del libro "¿Qué tipo de libro es el Necronomicón que te ha causado tanta impresión? ¿Dónde lo has visto?"
"Estaba en el local de la Orden de Dagon ¿verdad Kakarot?"
"Sí, es un libro que despide una energía tremendamente malvada y mágica...creo que puede ser un libro de encantamientos o algo así..."
"Lo que es seguro es que por culpa de ese maldito libro estamos así" Dijo con furia, golpeando la pared con una "mano" y haciendo que toda esa ala de la casa temblara por el golpe. "Cálmate Vegeta, conseguiremos devolveros a la normalidad...de alguna manera... Bien, ya he acabado también contigo. Ahora sugiero que vayamos a hojear ese Necronomicón del que habla el libro. Debemos descubrir que hechizo es el que puede devolver a Cthulhu a su encierro antes de que consiga liberar a los demás Dioses Primigenios. Vamos, les dejaremos una nota a los chicos por si acaso se despertaran mientras estamos fuera"
Salieron del edificio y empezaron a atravesar las empedradas calles que llevaban a Federal Street, en donde se encontraba el lugar donde ofrecían culto al dios Dagon. Estaba empezando a atardecer cuando llegaron frente al edificio, que estaba cerrado. De su interior salían horrendos cánticos y conjuraciones en la extraña Lengua, que los tres podían entender. De repente se oyó un balido, y al instante, la multitud congregada dentro del recinto profirió gritos de triunfo. Los tres se quedaron parados, escuchando sus invocaciones que esos terribles seres estaban profiriendo. Después de estar un rato así, de un golpe, Goku abrió la puerta cerrada con candado. Toda la gente que estaba dentro enmudeció de repente y se giraron hacia los tres, que ya se encontraban dentro del local. El sacerdote, que empuñaba un cuchillo manchado con la sangre del cordero recién sacrificado que descansaba en el profano altar, soltó un rugido y al instante, todos los fieles de Dagon se lanzaron contra ellos. Los dos Saiyas encendieron sus kies y comenzaron a luchar contra la muchedumbre, que tenía los mismos rasgos que el sacerdote, pero algo menos pronunciados.
En unos instantes, el suelo estuvo alfombrado con cadáveres, heridos y seres inconscientes. Goku y Vegeta se acercaron al altar, donde estaba el sacerdote, aún con el cuchillo en la mano. Éste, al verse acorralado, se lanzó hacia ellos con la intención de apuñalarles, pero sólo consiguió que de un golpe, Vegeta le obligara a soltar el cuchillo "Bien, miserable, ahora haznos humanos de nuevo" Le dijo agarrándole por el cuello
"N-nunca, no traicionaré a Dagon y a Cthulhu"
"Se me está agotando la paciencia...Quizás si te clavara estas garras que ahora son mis manos en la garganta, cambiarías de parecer" Le dijo sonriendo cruelmente. El sacerdote cerró los ojos "Prefiero que un traidor me mate antes que traicionar a mis dioses"
"Está bien, tú lo has querido. Yo soy un hombre de palabra" Tras decir esto, le clavo las garras en la garganta, matándole casi al instante.
"¿Era necesario que hicieras eso, Vegeta?"
"Por supuesto que sí, yo nunca falto a mi palabra" Le respondió limpiándose la sangre de la "mano"
Heather, que había visto cómo había matado sin piedad al sacerdote, se acercó mirando con recelo cómo Vegeta se acercaba al atril donde se encontraba el libro. Se dirigió a Goku y le dijo en voz baja "Esa conducta es propia de los Profundos, no de un ser humano"
"No te preocupes por eso, yo se lo he visto hacer en más de una ocasión"
"¿Siempre mata a sangre fría? Yo juraría que incluso disfrutó con ello"
"Bueno, hay veces en que sí, pero es depende del enemigo...pero no suelo ser lo normal..." Dijo poniendo una mano en su cabeza
"Venga, dejaos de charlas inútiles, tenemos que encontrar esos malditos hechizos!" Los dos asintieron sobresaltados y se acercaron al atril. Comenzaron a buscar cosas referentes a Cthulhu y en la página 327 encontraron un texto que decía así: "El todopoderoso e inmortal Cthulhu sólo puede ser encerrado por dos personas juntas. La primera, tiene que tener sangre real corriendo por sus venas, y la segunda tiene que ser una de las criaturas de Cthulhu.. Entonces, tras invocar con los brazos extendidos el nombre de la divinidad en cuestión, las dos personas se cogerán las manos y el Profundo procederá a conjurar el siguiente hechizo en la Lengua ·"Nuhge il´he atr´qop R´lyeh twb´mge al´hosý yetk´lpá alohe eth´tu echka´pawhq mmwisxpaqlwve eryole l´powqkly eegg´pozsfe elt R´lyeh erpqwhuk´kd ahs´ddb tt´qoper zqo´hla Cthulh er´pllasrt ojjaldé"
Tras dejar que Heather se aprendiese el conjuro, buscaron el que les permitiera volver a ser humanos. Cuando Heather conjuró el contrahechizo, de sus manos surgieron sendas llamaradas verdes que impactaron en los cuerpos de los dos Saiyas, envolviéndoles completamente. Los dos cayeron de rodillas al suelo, y el contrahechizo empezó a funcionar. Se taparon la cara con las manos durante el tiempo que el conjuro les cambiaba. Cuando Heather les dijo que ya no tenían llamas a su alrededor, cautelosamente los dos abrieron los ojos y se quitaron las manos de la cara. Se miraron el uno al otro, como si no se lo acabaran de creer ¡Eran humanos de nuevo!
Se levantaron y le dieron las gracias a Heather, quien repasaba el hechizo que tenía que lanzar contra Cthulhu. Cuando estuvo segura de que se lo sabía entero a la perfección, los tres se marcharon de nuevo al caserón de los Phillips. Allí, los dos chicos sentados en el saloncito. Trunks tenía sobre sus rodillas el libro de los "Unaunssprechlichen Kulten" abierto por una página en la que se veía un horrendo dibujo. Un horrendo ser, constituido única y exclusivamente por burbujas informes de muchos colores, y enormemente grande. El cuadro era tremendamente realista, se podía hasta apreciar la textura viscosa del repugnante dios del continuo tempo-espacial, Yog-Sothoth. Debajo del cuadro, Trunks pudo traducir del ingles "Todo-en-uno y Uno-en-todo" No pudo seguir mirando a la viscosa forma que, según había averiguado Goten de otro libro, era el primo del dios Cthulhu, al que sus padres acababan de liberar. ¿Cómo podía ser posible que existieran semejantes dioses? ¿Cómo podían ser más poderosos que los dioses Kaiyo-Shin? Los chicos se estremecieron sólo de pensarlo. De repente una voz les saludó "¡Hola chicos!" Dijo Goku con euforia
Los dos chicos dieron un respingo y cayeron al suelo. Asustados, se giraron en posición de combate hacia la persona que presuntamente les había saludado. En vez de encontrarse a un terrible ser como ellos se temían, encontraron en la puerta del saloncito a Heather flanqueada por los dos Saiyajins.
"Papá, nos has asustado!" Le regañó Goten a su padre, quien tenía una mano detrás de la cabeza y se reía.
" Volvéis a ser normales! Estupendo!"
"Sí, bueno, ya lo celebraremos luego, ahora tenemos cosas más importantes que hacer, como volver a encerrar a esa bestia"
"¿Habéis averiguado cómo devolver a Cthulhu a su encierro, padre?" Preguntó Trunks recogiendo el libro del suelo.
"Sí, ella se ha aprendido el conjuro. Lo único que tenemos que hacer es ir allí y entretener a esos engendros hasta que tú y la chica terminéis el conjuro"
"¿Yo? ¿Y por qué yo?"
"Porque es una orden ¿No te atreverás a desobedecerla, verdad?
"Ehhh! Calma!" Les dijo Goku a los dos al ver cómo se estaban mirando "Vamos Trunks, hazlo y no discutas con tu padre. Es necesario que lo hagas tú, ya que se necesita a alguien con sangre real. Además, a nosotros dos nos será más fácil mantener a raya a esos seres"
"Humpf" Gruñó Trunks cruzando los brazos y frunciendo el ceño en una auténtica imitación de su padre.
"Bueno, si habéis acabado, nos vamos. Os recuerdo que no tenemos todo el día. Debemos encerrara a Cthulhu antes de que libere a los otros dioses Primigenios." Les recordó Heather a los cuatro desde el rellano de la puerta. "Vamos" Dijo comenzando a andar hacia la puerta de salida. Los cuatro Saiyajins la siguieron sin decir nada.
Al salir fuera, encontraron que se había nublado en los pocos minutos que habían estado dentro de la casa. Lo extraño es que antes de entrar no se veía ni una nube en el cielo. Cuando llegaron a la costa vieron una figura bastante grande encaramada en el Arrecife del Diablo. Alrededor de su brazo alzado en el aire se arremolinaban las nubes, y con asombro vieron cómo surgían de allí acompañadas de un viento huracanado. El mar ondeaba con bravura y tremendas olas se estrellaban contra los acantilados salpicándolo todo de agua y espuma. Si seguía este tremendo oleaje, posiblemente las ciudades costeras se vieran barridas por las grandes olas en muy poco tiempo. Se acercaron volando hasta el arrecife y allí pudieron contemplar bajo los relámpagos que cruzaban por encima de sus cabezas al ser que formaba las nubes. Era increíblemente alto, sobrepasando los dos metros de altura, su piel era azulada y escamosa y sus pies y manos eran tremendas garras afiladas. A primera vista se podría pensar en un Profundo común, pero mirándolo con detenimiento se podría comprobar cómo sus ojos, en vez de ser oscuros, eran totalmente amarillos y que en su cabeza lucía una gran cresta de escamas coriáceas y puntiagudas de color rojizo.
"E-es Dagon, el Gran Profundo" Afirmó Heather colocándose detrás de Trunks para protegerse del terrible vendaval. Los cuatro la miraron sin saber de a quién se refería "Dagon es uno de los acompañantes de Cthulhu, su mano derecha. En algunas leyendas dicen que Dagon es el padre de todos los Profundos, de ahí su tremendo parecido"
En ese momento, Dagon lanzó un rugido que hizo que las nubes aún lanzaran más relámpagos. Giró su cabeza y vio a los cinco al pie del Arrecife. Volvió a rugir y de un salto se colocó delante de ellos. La sonrisa en su monstruosa boca dejaba ver sus afilados dientes, cubiertos de una especie de limo verde. Vieron también su vípera lengua pasar entre sus dientes, retirando el líquido viscoso que los recubría. Al parecer, el ser que tenían delante planeaba comérselos a los cinco.
"Goten, baja con Trunks y Heather al fondo, tendrás que entretener a los "hermanos pequeños" de este bicho para que ellos puedan realizar el conjuro. Rápido! Cuando terminemos con él bajaremos a ayudaros" Urgió Goku a los tres. Ellos asintieron y se lanzaron rápidamente al agua.
"Bien, monstruo, no pienses que vamos a dejar que nos comas, así que vete preparando!" Incendiaron sus kies y sus llamaradas amarillo/doradas hicieron proferir a Dagon un rugido de furia. Se colocaron en posición de combate y los dos juntos arremetieron contra la enorme criatura.
Mientras tanto, en el revuelto océano, los tres nadaban tan rápidamente como podían. Era necesario que encerraran a Cthulhu lo más pronto posible, no podían permitir que liberara a los otros dioses, porque si lo conseguía la Tierra estaría condenada.
En la superficie, los Saiyas luchaban contra Dagon, quien a pesar de su tamaño era condenadamente rápido. Los movimientos de sus garras eran traicionados sólo por el sonido del viento pasando entre ellas. Tras fintear varios de los ataques del monstruo, Goku lanzó una poderosa patada a su cabeza. Se quedó helado cuando vio que no sólo no le había hecho nada, sino que además sonreía. Con un rápido movimiento cogió la pierna del Saiya y comenzó a hacerle girar encima de su cabeza. Vegeta, pensando que estaba demasiado entretenido con Kakarot como para prestarle atención, cargó contra él, pero Dagon en el último momento le vio acercarse y lanzó a Goku contra él. Goku salió como una bala, con lo que chocaron a una velocidad tremenda, dejándoles aturdidos durante unos momentos. El monstruoso ser se rió guturalmente y les dijo (traducido de la Lengua) "[ Estúpidos mortales, nunca lograreis vencerme. Nunca seréis lo bastante buenos como para lanzar algo más que esos patéticos "golpes"]"
Al oír las palabras de Dagon, los dos apretaron los puños y acto seguido le lanzaron sendas ondas de energía que al impactar con su cuerpo sumergió la zona en una enorme polvareda. Cuando ésta se disipó vieron al ser de una pieza y sin ninguna herida visible. ¡Su ataque no le había hecho nada!
En ese momento empezaron a cuestionarse si serían capaces de vencer a semejante criatura, porque ¿cómo se puede vencer a un dios?. Aun así, siguieron atacándole, esperando encontrar alguna manera de poder vencerle.
En las profundidades, mientras que Goku y Vegeta luchaban, Heather y los chicos ya podían vislumbrar la gigantesca figura de Cthulhu. Los viscosos tentáculos de éste se agitaron al captar la presencia de los tres mortales. Ahora que los había sentido estaría preparado para cualquier cosa que trataran de hacer. El enorme dios entrecerró los ojos pensando en la forma en la que iba a matar a esos dos terrestres y a la traidora. Para ella había preparado una muerte especial, ya que una vez muerta su alma estaría condenada a vagar eternamente, teniéndola bajo sus órdenes constantemente para satisfacer sus más pequeños deseos.
AL acercarse pudieron ver a una gran multitud de Profundos agolpados alrededor del dios. Antes de acercarse a ellos, Heather le gritó a Cthulhu en la Lengua "[Gran Cthulhu, yo te desafío. Puedo vencerte y te venceré]"
"[¿Cómo va a vencerme una miserable traidora como tú? Es completamente imposible que tú y esas dos piltrafas humanas podáis vencerme. De todas formas siento curiosidad por lo que vayáis a intentar hacer]"
Mientras tanto, a los dos Saiyas no les iba demasiado bien. Goku tenía un profundo corte que le iba desde el pecho hasta el hombro derecho mientras que Vegeta sangraba en el costado derecho, donde le había herido con sus zarpas. Los dos le miraban jadeando, sin saber qué hacer para evitar sus garras, ya que aunque salieran volando, su prodigioso enemigo les seguía también, puesto que podía volar como ellos. Antes de que pudieran atacarle, Dagon se lanzó contra ellos, golpeándoles furiosamente en la cara. Los dos Saiyas salieron despedidos hacia atrás, yendo a caer al agua. El enemigo, sin resignarse a perder sus dos presas se lanzó en su busca.
Heather le indicó a Trunks con un gesto que se acercara a ella. Entonces le cogió la mano y pronunció "[ Cthulhu!! Nosotros seremos tu perdición]"
Entonces levantó su brazo y con él el de Trunks
"[ Ah! Estás intentando formular el hechizo que servirá para encerrarme! JU, pero lo que no sabes es que sólo podría ser realizado con efecto si el humano que está a su lado fuera de sangre real, y aun así no funcionaría, puesto que ningún humano con esas características ha sido capaz de vencerme]"
En otra parte del océano, los dos Saiyas nadaban perseguidos por Dagon. Ni siquiera el nivel tres de SSJ de Goku había podido contra la criatura. Sin darse cuenta, nadaban en dirección a R´lyeh, donde Heather ya había comenzado a pronunciar el sortilegio "[Por las grandes fuerzas que actúan en el Universo...]" Mientras decía estas palabras, las manos de los dos comenzaron a emitir destellos violetas. El gran dios, asustado con la idea de tener que pasar otros mil siglos encerrado rugió con furia, ordenando a los Profundos, que hasta ahora se habían mantenido neutrales por orden de su dios, que descuartizaran a los miserables humanos que se atrevían a atacarle.
El dios Dagon gracias a su condición de Profundo alcanzó a los dos Saiyas cuando ya podían ver la silueta de Cthulhu. En ese momento ellos oyeron el terrible rugido que él había proferido y los tres se pararon en seco, los Saiyas preocupados por la suerte de los tres y Dagon alarmado porque alguien podía devolverles a su encierro. Así que decidió aprovechar que sus enemigos estaban despistados para atacar e ir a defender a su dios de los miserables que trataban de encerrarles. Así lo hizo; juntó sus garras y lanzó contra ellos un "Energy ha" que les pillo completamente desprevenidos. Él comenzó a nadar deprisa hacia la cercana R´lyeh. En la superficie, el mar estaba ya más calmado al no estar Dagon manipulando los elementos desde el Arrecife del Diablo. En un momento, una mano salió de debajo del agua y se agarró al borde de piedra del arrecife. Con esfuerzo, Goku comenzó a subirse en el arrecife. Con la otra mano tenía a Vegeta agarrado, y con un último esfuerzo le consiguió subir a él también. La onda de energía que les lanzó Dagon les había dejado casi sin fuerzas, ya no eran capaces de seguir en SSJ. En ese instante sintieron una fuerza muy potente lejos de ellos y al darse la vuelta vieron un resplandor violeta bajo el agua.
"[...en la octava punta de la estrella de T´hhan donde descansan los antiguos dioses expulsados....]" Heather seguía recitando el conjuro. Estaba en una especie de éxtasis, no se daba cuenta de la lucha que mantenía Goten contra los Profundos que intentaban asediarles. A su lado, Trunks también luchaba con su mano libre, pero los Profundos eran demasiados. En un momento dado, vieron un flash de luz y acto seguido un "Energy ha" violeta les lanzó a los tres por tierra, acabando así con el conjuro de Heather. Dagon se acercó a los tres humanos que estaban tirados en el fondo, presentando a Cthulhu con gran respeto a los tres enemigos que acababa de batir. El gran dios sonrió con satisfacción y alargó sus prensiles tentáculos hacia los tres humanos. Antes de que Goten y Trunks pudieran hacer algo, ya se encontraban agarrados por los tentáculos del gigantesco Cthulhu Éste, mientras los Profundos lanzaban aclamaciones de victoria, iba acercando los tentáculos a su boca plagada de afilados dientes. Cuando ya tenía la boca abierta para introducir a los tres en ella, un flas de luz pasó por delante de sus amarillentos ojos. Goten, Trunks y Heather cayeron envueltos en una maraña de tentáculos sanguinolentos que aun después de cortados seguían moviéndose.
Cerca de donde estaban ellos, los dos maltrechos Saiyas aún tenían un brazo alzado después de haber lanzado sendos discos cortantes contra el tremendo dios. Cthulhu, con un aullido de rabia y dolor agitó sus zarpas delante de su cara y al instante aparecieron nuevos tentáculos para reemplazar a los que se hallaban retorciéndose en el fondo del mar.
Mientras, Goten y Trunks se habían incorporado y ayudaban a Heather a levantarse. Ahora deberían volver a comenzar con el hechizo. Trunks volvió a agarrarse a Heather y los dos levantaron los brazos para comenzar con la invocación. Mientras, Goten y los dos Saiyas incendiaron sus kies y lanzaron los Energy ha más poderosos que pudieron hacia la gran masa de Profundos que se les venía encima. Cuando hicieron impacto en los cuerpos de los seres se aprovecharon de que con la explosión se había removido la tierra del fondo y cargaron también contra Dagon, que no conseguía ver nada a través de la tierra.
Cthulhu estaba impotente ante el conjuro de los muchachos, ya que al no estar en plenas facultades no podía más que ordenar a sus súbditos que atacasen a los traidores, pero sus súbditos estaban tan maltrechos que apenas conseguían levantarse del suelo y Dagon estaba muy ocupado con sus tres enemigos. Según se iba completando el hechizo, los dos jóvenes iban subiendo a la superficie, impulsados por una columna de agua
"[(...) Ellos volverán para encerrar a Cthulhu y a sus hordas infernales...]" Goku, Vegeta y Goten luchaban volando sobre el mar contra Dagon cuando vieron una columna de agua erguirse hacia el cielo coronada por Trunks y Heather. Ésta recitaba los últimos versículos del encantamiento cuando la luz morada que desprendía su mano unida a la de Trunks comenzó a crecer
"[...y ninguno quedará sobre la Tierra!]" Al decir la última frase del encantamiento, la luz morada en sus manos se convirtió en rayo y se introdujo en las aguas, acertando en el centro del Sello y haciendo que éste comenzara a flotar. Cthulhu, al ver esto rugió con miedo y desesperación al no poder hacer nada. Habían llevado a cabo el sortilegio con éxito! Pero eso no era posible! Nunca los humanos habían sido tan poderosos! A no ser que el joven no fuese un humano.... De repente, sintió como una tremenda fuerza comenzaba a empujarle hacia el agujero. Aunque intentó agarrarse con sus zarpas a las rocas marinas y al mismo suelo no consiguió detenerse, acabando en el agujero, lo mismo que Dagon y sus secuaces los Profundos.
Tras flotar unos instantes, el Sello volvió al lugar donde había permanecido inmóvil por tanto tiempo, sellando la salida al mundo exterior a Cthulhu y a sus criaturas.
Bajo ellos, la columna de agua volvió al mar de donde era originaria y Trunks cogió a una exhausta Heather antes de que se precipitara al agua y los cinco fueron volando hacia la casa de ésta.
El mar se hallaba de nuevo en calma, y las nubes habían desaparecido por completo, dejando ver al sol moribundo en la línea del horizonte. A lo lejos, el Arrecife del Diablo se veía envuelto en sombras, pero de vez en cuando una pequeña luz azulada tililaba en la oscuridad.
Tras unas horas de merecido descanso para todos, los Saiyas decidieron marcharse a sus respectivas casas. Una vez en la puerta, cuando ya estaban listos para marcharse, Trunks preguntó a Heather " ¿ Y ahora qué vas ha hacer aquí? Ya no hay nada que te retenga aquí...¿O sí?"
" Lo he estado pensando mucho y he decidido quedarme. Aquí hay mucha gente que desconoce la verdad sobre Cthulhu, y la más indicada para esclarecer sus creencias soy yo"
"¿Estás segura que es eso lo que quieres? Ese va a ser un trabajo duro, dudo mucho que la gente tenga intención de creerte"
"Eso es verdad, Trunks, pero esa no es razón suficiente para cejar en mi empeño"
"Es estupendo que seas tan decidida, Heather. Espero que tengas éxito en tu empresa y sobre todo que la larga distancia no nos impida vernos de vez en cuando"
"Por supuesto que no! Yo estaré aquí, ya sabes, mi casa es vuestra. Cuando paséis por aquí cerca no os olvidéis de parar en mi casa ¿Vale?"
"De acuerdo! Adiós Heather!" Dijo Trunks desde el cielo agitando una mano en señal de despedida
"Hasta pronto!"
La amenaza de Cthulhu había sido erradicada y la paz había vuelto a la Tierra pero ¿Quién puede decir que los dioses no estén tramando alguna otra?
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